Camino
de Calamarca “Jesús o Sócrates no te salvan”
El
espejo y el jardín vistos desde una pesadilla inmortalizan la contemplación
La
cruz abre las puertas de un paraíso baldío
Sin duda
sus pobladores hartos de la eternidad revolvieron la bóveda
Y vieron
a las jerarquías celestiales con pasión de enamorados
Opuestos
a la sucesión renunciaron incluso al gobierno
Los hijos
de sus hijos tocan de puerta en puerta
Ocasionalmente
trabajan
Llamados
a declarar huyen sin dejar vestigio
Sus lomos
erguidos ante la noche recuerdan la clarividencia de los viejos perdidos en el
bosque
Cuando
hablan no expresan fortuna y menos desean la perpetuidad de los dictadores
Como
los meteoros sus vidas dejan una fugaz impresión
Sus tumbas
son el futuro previsible de la autoridad
Publicado
en Complacencias, septiembre de 2002
Foto: Raphael Ramírez