Vislumbro el puente cercado
por el cielo de un amanecer inspirado en el infierno (divertida
canción de hace siglos).
*
Estaré en el pasado, pensando en la honestidad
de mi fiebre –¡satisfacción!– sin experimentar los defectos de un gemido
voluntario, resignado a volver en el polvo durante la muerte de una estrella.
Yo he leído de los poetas una caravana que desnuda las tinieblas; jamás escuché
flotar mi oración por el espacio desgarrado en la noche.
¡Aquellos días de sequía!
Son mis pasatiempos la
memoria y el olvido, ¡el agua ardiente y el vapor de la persuasión!
Publicado en Efusiones,
diciembre de 2007
Foto: Raphael Ramírez
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