Te has llevado lo
mejor de cada hogar y en cada puerta de casa has pintado tu maldito signo
Tú eres el
espectáculo que las culturas han glorificado en panteones y días de luto, la
equivocada salvación de los adolescentes descubiertos ya dormidos en el fresco
de la noche y la cúspide de la maldad que hace crecer el espeluznante germen de
la pobreza humana
Tú eres el producto
del conflicto, la última fase de la estupidez, la bala que un desesperado se
dispara en nombre de la libertad, la palabra dicha en voz baja, como si con un
susurro la tierra dejara de disimular su indiferencia, porque en este momento
me atrevo a decir tu nombre: muerte
No tenía la certeza
de hallarme ante ti, estaba empezando a dudar de tus consecuencias, por estos
alrededores las montañas se quiebran para dejarte pasar: hay una tremenda fosa
común, un esclavo tuyo inspecciona la pira de cadáveres y dejo de ver...
Santa Santa Santa, te
has llevado lo mejor de cada hogar y en cada puerta de casa has pintado tu
maldito signo
Santa, tu fama puede
ser mayor. Nada es imposible para ti. ¿Cuál es tu misión? Dime, ¿cuál? ¡Me paro
frente a ti! ¡A ver, qué tienes para mí!
Al tratar de ser
feliz, no quiero nada contigo. ¡Vete! ¡No insistas! A lo mejor, otras personas
se dejarán seducir por tu sutil movimiento y quemarán sus cabezas y mi lengua
envuelta en papel periódico
Santa Santa Santa, te
has llevado lo mejor de cada hogar y en cada puerta de casa has pintado tu
maldito signo
Te engañas con esas
mentiras dichas por ahí a tu primitivo corazón en una inmunda calle de
asesinos, proxenetas, genocidas, hipócritas y oscuras gentes que hablan de la
redención y el pecado
¿No estaré
entregándome a ti? ¡No! Me ha empezado a fascinar tanto la vida que basta ir a
la ventana para mirar las camionetas cuando pasan
Me he convertido en
una gran sorpresa de la vida. Ya no se trata de perder la esperanza. Me quedo
para inventar lo que haga falta. Me he convertido en una garantía del éxito
absoluto de los poetas revolucionarios. Más cerca todavía, corro el riesgo de
huir de los perros callejeros sin pedir permiso a los parientes de los
desaparecidos que todos los días se sientan a esperar…
¿Qué puedo decir de
los enfermos mentales que saltan del Puente de las Américas? ¿Qué puedo decir
de ti, niño, agazapado en el último escalón del subterráneo? ¿Qué debe
desaparecer del mundo para refutar el argumento de los torturadores? ¿No hay
aquí ningún testigo? Silencio, silencio…
He dado un golpe
maestro a la amnesia. No pido alterar los hechos
¡La Paz, regalo este
poema a los alcohólicos y drogadictos de La Recoleta. Ninguno de ellos sigue
siendo un extraño en la ciudad. Sus aspiraciones se queman… A veces, yo también
me quemo bajo el sol de mediodía
La Paz, dame una
pista para encontrar los cadáveres. La-tinoamérica ha sido un campo de batalla
(¿1809-1990?). ¡Dios mío, ten piedad de nosotros! ¡Dios mío, no dispares, no
dispares!
Me quito la venda de
los ojos: la Santa se ha llevado lo mejor de cada hogar y tú, Diana María,
serías hoy una persona feliz y la más piadosa de las almas con tendencia
suicida
Diana, si tuviéramos
suficiente amor durante esas noches de larga espera; si para no asustar a la
gente, a todo lo que se mira, se pinta de color verde, si la muerte de una
persona pusiera fin a la polémica, si de ahí en adelante las horas pasaran de
largo, qué benévolos seríamos con nosotros mismos
Amo la vida y no me
harán desistir sus trampas de mal gusto, ¡no estoy mintiendo!
Amo la vida como amo
las vastas nubes de febrero y el calor de un día de noviembre
Amo la vida y trece
poemas religiosos ya empiezan a parecerme una repercusión natural de la perenne
victoria del amor sobre la muerte
Amo la vida por
decisión propia. Hay otros que también la aman, pero no saben decir por qué. Y,
sin embargo, son los más resueltos a seguir viviendo
Amo la vida casi sin excepciones.
Esta elección provoca una avalancha de retos. Estoy dispuesto a rebasar los
límites convencionales. Después de todo, sigo siendo un misterio por
resolver
La Paz , 19
de julio de 2010
Publicado en Los treces poemas religiosos, septiembre
de 2010, La Paz
Foto: RR
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