martes, 13 de diciembre de 2016

La construcción de la esperanza

        Si me preguntaras: ¿para qué poetas en tiempos de miseria? (*), podría molestarme tanto y ya cansado de golpear tu cabeza contra la pared, volvería la mirada hacia mis otros inquisidores para fulminarlos y sepultar sus cuerpos sin extremaunción ni misa de por medio.
        Mas hoy, el sol no se hunde ni las nubes trazan límites. Y por extraño que parezca, no me causan placer ni el gritar ni el destruir. Hoy vivo como dios manda: descalzo y joven.
        El camino cambia de color en ciertas ocasiones. Sobre los cerros, el amor es conmigo. El viento como el silencio habla de la soledad perdida. La música de una banda de rock and roll, los poemas de un grupo de partidarios de la libertad, las imágenes de los santos con sonrisas y parabienes, la comida a lo largo del camino.
       El afán de las aves, el rumor del agua y las iglesias baldías a punto de desaparecer porque la humanidad sale a festejar. Olvido la tradición de vivir para llorar y bailo con un talento inusual.
        El sonido de las guitarras, el cielo en mis manos, la intervención de otros factores benignos, la prolongación de la inspiración, el hallazgo de la inmortalidad, la desaparición del tiempo.
        La compañía de los seres terrestres, acuáticos, aéreos, subterráneos, fantasmagóricos, translúcidos, enigmáticos... soy el invertebrado, el hijo de la hembra del tiburón (**), entonces a plena luz del día provoco el deseo de amar a mi prójimo con la fuerza de Romeo a Julieta y viceversa. Tantas veces resucitado en otros brazos, en otro cuerpo, en otra voz vuelto a la vida una y otra vez en el camino como un espejismo simultáneo a la desesperación.
       La batería de una banda de rock and roll no me recuerda a la nada. La nada ya no existe ni el recuerdo ni la expiración. Soy la reunión de las almas en una obra de arte sin precedentes. Siempre descalzo y joven...

       A pesar del dolor y las miserias
       La vida no se detiene
       Sigue a pesar de las muertes y el llanto
       Y sólo acontecimientos
       Como la explosión de la bomba atómica
       O la voz de Bob Dylan
       Parecen tener el poder suficiente para detenerla


(*) Friedrich Hölderlin.
(**) Conde de Lautréamont.
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Publicado en El tour comilón, diciembre de 2008, La Paz, Bolivia.  


 Copacabana, provincia Manco Cápac, La Paz, Bolivia. 


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